Martes 24 de Mayo

Desde Málaga 

Como la hoja que co(a)rta el aire,
te doy mi batalla en la mano
de la huella muda en la plaza
que sin estar me ensordece.

Sin título

He cotizado alto en el oficio de sueños

si bien no recuerdo las formas,

los ideales, la esperanza puesta en la bandera.

Nací soñador y nací libre.

Cuando a las urnas les crezcan alas

y expidan sobres;

cuando las leyes cedan

en lugar de ahogar;

cuando el futuro parezca un lugar posible.

Con sólo cincuenta

se tira a la calle y reclama trabajo,

reclama un nombre vendido hace ya

a interés fijo.

Con sólo cincuenta atisba el abismo

de años que vienen con hambre y con miedo.

Cuando la gente en la calle

Se sienta en casa.

Cuando los gritos no caigan:

niños desangelados.

Cuando el pueblo se junte y proclame

hermanado: comienza una era,

del mundo al mundo.

(R)evolución ahora

Ni el color claro de la pintura quiero ser,

sólo el consejero de la mezcla con el blanco.

Como resultado final.

Pero… ¿y ahora?

Cuando el paso del tiempo sin algo ahoga.

Cuando la mente de pensamientos vacíos se martiriza y llora.

Ahora, ¿qué es lo que toca?

No es ni miedo a sufrir, ni miedo a la derrota,

sólo algo que ha de llegar y se demora,

pues, ¿de qué es tiempo ahora?

Ahora, que gobierna la moneda

y ni la deuda del pobre se perdona.

Ahora que sus armarios están llenos

de estúpidos atuendos de moda.

¿Ahora quién se moja?

¿Quién da la cara por la justicia y la igualdad?

Da igual, Que más da,

esa es la manera más fácil

en la que te hacen pensar,

pues…ocultando la verdad…

a todos es mucho más fácil engañar.

La verdad del sistema capital,

su concepto de sociedad,

y el trasfondo político

de estructural piramidal.

Pero no se impacienten,

sólo ¡muévanse!

pues… ¡el cambio está por llegar!.

Nuevas visiones, propósitos y horizontes,

sin excavaciones en terraplenes y desmontes.

Observación de la madre tierra,

y con la misma parsimonia

con la que ella se adapta

a nuestros sometimientos e inauditas guerras,

aprender de su devenir

que, entre mar y monte

y entre furtivo y guarda,

hasta en el más simple de sus gestos

está la clave, en esencia,

del aprendizaje natural evolutivo que nos aguarda.